Test Optional: Mitos y Realidades

 Por Maru Berríos, Coach de SAT/PAA y Directora de Honors Learning Center

La política de admisión test optional en universidades de Estados Unidos ha generado muchas dudas y confusiones entre los padres y estudiantes. Es crucial tener una visión clara sobre lo que realmente significa esta política. En este artículo, desentrañamos algunos de los mitos más comunes relacionados con las políticas test optional y cómo pueden influir en la toma de decisiones para la preparación de las pruebas de admisión universitaria, como el SAT.

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Mito #1: Test Optional = Test Blind

Realidad: Test optional Test blind

Uno de los conceptos erróneos más comunes es creer que una política test optional implica que las universidades no tienen interés en las puntuaciones del SAT. La realidad es que test optional no es lo mismo que test blind. En el escenario test blind, las puntuaciones no se consideran en el proceso de admisión. Por otro lado, en el contexto test optional, aunque las puntuaciones del SAT no son necesarias para solicitar, si se incluyen, los oficiales de admisión las van a considerar y pueden influir significativamente en la decisión de admisión.

Mito #2: El SAT está obsoleto

Realidad: El estudiante que incluye el SAT lleva la delantera

Otro mito frecuente es que, dado el aumento de universidades test optional, el SAT ya no es relevante. ¡Todo lo contrario! Un estudiante que presenta puntuaciones competitivas en el SAT tiene una ventaja significativa. Los estudiantes buscan sobresalir en sus solicitudes de admisión, y para eso se preparan con un buen repaso, y las puntuaciones del SAT pueden ser un componente crucial para diferenciarse entre los candidatos con perfiles similares.

Mito #3: Un promedio de A es suficiente para la admisión

Realidad: NO. El SAT es ahora más importante que nunca

A pesar de la tendencia hacia políticas test optional, GPA alto por sí solo no garantiza la admisión universitaria.

Hoy en día, más del 80% de los solicitantes a las universidades tienen un GPA alto, un promedio de A. Décadas atrás era alrededor del 20%. 

Un promedio de A es ahora tan común que todos los candidatos a admisión se parecen. Las puntuaciones del SAT pueden servir como instrumento para evidenciar el calibre del estudiante y hacerlo destacar sobre otros estudiantes que solicitan sin puntuaciones. Definitivamente, es recomendable tomar el SAT y enviar las puntuaciones.

En una carta de la Presidenta de Brown University, Christina Paxson, que salió publicada en  Brown Alumni Magazine, dice que “Las puntuaciones de los exámenes estandarizados son un mejor predictor del éxito académico que las calificaciones de la escuela secundaria, que son excepcionales para la gran mayoría de los solicitantes de Brown, pero también conllevan la complicación de estar cada vez más sujetos a la inflación de las calificaciones.”1

Y Stuart Schmill, el decano de admisiones en M.I.T., una de las pocas universidades que ha restablecido como requisito presentar puntuaciones del SAT o el ACT, dijo a The New York Times, en un artículo reciente, que “El mero hecho de tener todas A no es información suficiente como para saber si los estudiantes van a tener éxito en la universidad o no”.2

En el mismo artículo de The New York Times, el autor, David Leonhardt, menciona que

“Sin puntuaciones del SAT, a los oficiales de admisión a veces les resulta difícil diferenciar entre los solicitantes que probablemente tendrán éxito en la universidad y aquellos que probablemente enfrentarán retos y dificultades. Los investigadores que han estudiado el tema indican que las puntuaciones de las pruebas de admisión universitaria pueden ser especialmente útiles para identificar estudiantes de bajos ingresos y minorías subrepresentadas que prosperarán en la universidad. Estos estudiantes no obtienen, en promedio, puntuaciones tan altas como estudiantes de comunidades acomodadas o privilegiadas, estudiantes blancos y asiáticos. Pero una puntuación sólida en un estudiante de un entorno menos privilegiado es a menudo una señal de un potencial enorme.”3

Mi recomendación

Siempre le recomiendo a mis estudiantes a tener la meta de un portafolio completo: una solicitud que, además de un buen promedio y el repertorio de actividades extracurriculares, cartas de recomendación, y todo lo que fortalece una solicitud, se incluya una puntuación competitiva en el SAT. 

Aunque ahora hay más universidades que son test optional, los estudiantes todavía incluyen sus puntuaciones en sus solicitud de admisión. Es crucial entender esta política para tomar decisiones informadas sobre si tomar o no el SAT. El estudiante debe antes que nada prepararse bien, tomar el SAT, repetirlo de ser necesario, haciendo uso de la estrategia de repetir la prueba, hasta llegar a la puntuación necesaria. La decisión de incluir puntuaciones o no en la solicitud se hace después.

Y si los exámenes estandarizados no son su fuerte, prepararse con un buen repaso para el SAT y contar con unas puntuaciones puede ofrecerle muchísimas ventajas y la oportunidad de destacarse entre los solicitantes. Una buena puntuación puede abrir las puertas a becas y a muchísimas otras oportunidades. 


1 To Test or Not to Test, A letter from the President, Christina Paxson, Brown Alumni Magazine 

2 We are reinstating our SAT/ACT requirement for future admissions cycles, Stuart Schmill, MIT Admissions Blog

3 The Misguided War on the SAT, David Leonhardt, The New York Times

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